sábado, 2 de enero de 2010

Mis dos Papas



Fui bendecida con dos extraordinarios padres.

A uno de ellos lo conocí quizás a los segundos, minutos o unas pocas horas de mi nacimiento. Bueno…eso me imagino, realmente mi memoria no logra precisar el momento, a pesar de lo relevante del evento.

A mi otro papá lo conocí más recientemente, 12 años atrás para ser precisa. Fue un encuentro inolvidable, tan extraordinario, que a partir de ese día mi vida nunca volvió a ser la misma.

Con mi papá, el sancarleño, tuve desencuentros, muchos creo. Siempre pensamos diferente. Aunque si logramos coincidir en nuestro gusto por el fútbol. No nos perdíamos partido y por supuesto los “toros del norte” fueron y serán nuestro equipo favorito, casi tanto como los gallos de carne que me compraba en el Carlos Ugalde.

La política… que tema más complicado entre papá y yo. Todavía no entiendo por qué motivo, pero seguimos sin acuerdos, aunque en lo sustancial tanto él, como yo soñamos con una Costa Rica sin corrupción, justa, solidaria y desarrollada.

No se si a mi otro papá tiene un equipo de fútbol favorito aunque estoy convencida de que es su deleite ver a sus hijos e hijas disfrutar de la vida, sonreír con un buen gol y agradecer por la salud que nos permite, tanto jugar como gritar por un buen gol.

Mi papá sancarleño me enseñó el valor del trabajo y entre las más significativas herencias que recibí de él, está la capacidad de sobreponerse ante cualquier adversidad. Como cuándo nos despedimos de mami.

También heredé algo un poco menos serio, pero igualmente valioso y es esa capacidad de crear las historias más inverosímiles y contarlas con tal persuasión que a no ser por lo irracionales que son, cualquiera las creería… como cuando nos contaba que le cambió una llanta a un avión en el aire.

Mi otro papá, el más nuevo, me enseñó amar. Me mostró su amor de una forma tan real, que en su absoluta entrega fue capaz de dar su vida por mi. Nadie había hecho eso por mi y creo que nadie lo hará. Cuando recibís tal amor, su capacidad de amar nunca puede ser la misma, simplemente se nos ensancha el corazón. Gracias Pa por enseñarme amar .

Mientras los años y el dolor intentaron crear un abismo entre mi papi sancarleño y yo, mi nuevo papá, nada celoso, por cierto, creo un puente entre ambos y nos acercó mediante el perdón y restauró el lazo que Él mismo creó.

Para ser exacta, mi papá más nuevito, realmente es el más viejito. Fue precisamente quién escogió mi tata sancarleño, especialmente para mi. Por cierto, que dicha que fue Él, pues nunca se equivoca. No pude tener uno mejor.

Feliz día papi! Más conocido en el norte como Toñito! Feliz día papá Dios! conocido en el mundo entero como Él Salvador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me interesa lo que pensas, agradezco tus comentarios.