lunes, 30 de junio de 2014

La Sele tica y el Poder de la Adversidad

La adversidad tiene un doble poder:  llevarte al límite para dejarte ahí o despertar el coraje adormecido por los complejos y transformarte en un luchador.

!Cuánto temor existe a la adversidad!. Quizás por su dualidad. Nos urge valorarla, porque es capaz de despedazar nuestra comodidad y abrirnos la mente y el corazón a las posibilidades. 

Una nevada que nadie esperaba. Una apocada Costa Rica, que histórica y culturalmente no había aprendido a reclamar, hasta hace muy poco, cuándo que en las urnas se desgarró. Una herida en el pecho costarricense por la que salió el coraje, una herida que no sacó sangre, sino que sanó nuestra autoestima. 

La adversidad también mata la individualidad. La adversidad recuerda que una estrella en la plenitud del día ni siquiera es percibida, pero un grupo de ellas en la más densa oscuridad pueden iluminar el alma. 

Virtud de Jaime Perozzo, sociólogo y psicólogo que acompaña a la Selección costarricense quién escuchando mucho, observando más, y  amando ( le llaman "Tata" ) ha sabido cohesionar la aptitud y la actitud, que la adversidad mostró separadas. Esa aptitud que todos y todas tenemos pero que camina tan divorciada de la actitud, que a la postre resulta inútil, pues qué gano con solo ser y no hacer. Pero de nuevo estaba ahí el acicate de la adversidad que fue capaz de reunirlas.

"Cuánto más bravo sea el toro, mejor es la corrida, y a quiero ver a una Costa Rica grande, con ganas de ganar, salgo contento, yo dije: no iba a tener temor con ninguno y no lo tengo" decía meses atrás Jorge Luis Pinto cuando se anuncia al mundo que Costa Rica sería uno de los invitados al grupo de la "muerte".

Ese grupo significó la muerte, si, pero la muerte  al temor, y permitió dar vida a quienes saben que no tiene nada que perder más que la oportunidad. Muerte si, pero de los complejos que minimizan y paralizan y nos roban la victoria para dejarnos postrados mirando pequeñez cuando la grandeza es inherente a nuestra creación.

Pero la adversidad tiene otra virtud: obliga a la estrategia, al trabajo duro.  La inspiración por si misma no es suficiente. En la adversidad conoces tan de cerca a tu enemigo, un enemigo seguro de su ventaja, tan lleno de orgullo al contemplar la pequeñez de su rival, que deja ver su debilidad, precisamente la soberbia de saberse invulnerable. 

La adversidad también pone en evidencia nuestra debilidad. Lo que no nos gusta. Una trampa mortal es ignorarla por el orgullo que nos quiere atrapar en el derrota. Pero sin reconocer la debilidad es imposible fortalecerla. Debilidad que para ser fortalecida exige mucho trabajo, mucho sudor, y también, claro, lágrimas, ¿ por qué no? 

Jorge Luis Pinto, estudioso, trabajador hasta la adicción, dicen algunos, vio y vio y volvió a ver los videos y supo cómo plantear el baile. Así, de la misma forma en que David con su sonda tantas veces atacado por los osos defendió a sus ovejas, adversidad que nunca fue en vano, pues solo lo preparaba para que para un día con esa misma sonda, defendiera a todo un pueblo. 

Los costarricenses hemos conocido poco la adversidad. Será por eso que le tenemos tanto miedo y desconocemos todas sus virtudes. Si el reto gigante pudo despertar gigantes por qué no nos inspiramos todos y todas y transformamos nuestras adversidades personales en oportunidades, si este grupo de valientes ya nos lleva hasta cuartos de final y nos falta más por ver, ¿por qué no aprovechar nuestra personal adversidad y volvernos campeones mundiales en nuestra vida? 







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