lunes, 28 de julio de 2014

Cinco errores de comunicación comunes en los líderes

En su libro, Las 21 cualidades indispensables en un Líder, John C. Maxwell cita una frase que dice que si un líder "no puede hacer comprender un mensaje claramente y motivar a otros a actuar, entonces no tiene sentido tener un mensaje".

No importa que tan valioso o revolucionario sea lo que tenga que decir, sino lo comunica bien, es como sino existiera. Así reza una máxima en comunicación: "lo que no se comunica no existe".

Aunque hay tantos errores como líderes, quiero hablarle de cinco que suelen ser comunes y muy dañinos. 

1. Falta claridad y sencillez en su mensaje. Algunas personas consideran que entre más intrincado sea su lenguaje más intelectuales parecen. Desde mi perspectiva hay más inteligencia en lograr comunicar algo complejo de una forma sencilla y asimilable. La claridad y la sencillez, no tienen que ver con el uso de un lenguaje vulgar. Debemos recordar que un buen comunicador es también un educador. Más bien, tiene que ver con la capacidad de ordenar las ideas. Comunicarlas en frases cortas con sentido propio. Idealmente, en forma de proceso, por etapas o pasos. Es conveniente siempre empezar de lo general a lo específico. Contextualizar debe ser el primer paso, para asegurarse que las personas sepan de qué se está hablando y por qué. Otro aspecto que es fundamental es que el público objetivo sepa para qué le comunico. Qué espero yo que haga con el mensaje que le doy. Es un error que los líderes "asuman" que se "sobre entiende". Asumir es una práctica nefasta en comunicación.

2. Falta de coherencia entre lenguaje verbal y el no verbal. 
Intente responder a alguien usando la palabra "si", pero mueva su cabeza de derecha a izquierda como indicando que "no". ¿Qué cree que pasará? Muy probablemente le preguntará ¿ si o no?. Evidentemente no hay coincidencia entre sus palabras y sus gestos, y eso resta peso a su mensaje. Otro ejemplo: usted le dice a un colaborador: "siga hablando, que yo le escucho", mientras usted ve su computadora, ¿ piensa usted que su colaborador le cree? ¿qué pensará? . Varias alternativas: "me está mintiendo, no me está escuchando", "mejor digo otra cosa, ni atención me va a poner", "no considera importante lo que le voy a decir, ni me vuelve a ver". Sus palabras nuevamente no concuerdan con su expresión no verbal. 

3. Incongruencia.
De esto se ha escrito mucho. Pero tiene su razón. Usted no puede pedir que alguien crea y practique un mensaje que usted no cree ni practica. Sus acciones comunican más que sus palabras. No pida puntualidad si usted no la ofrece, no pida respeto, si usted no lo da, no pida excelencia si su trabajo es mediocre. 

4. No escuchar activamente.
Escuchar en forma activa es como el ejercicio que hace el médico con el estetoscopio. Se coloca en una posición corporal adecuada, guarda silencio, no interrumpe, y se detiene varios minutos a escuchar el sonido del corazón, hasta estar seguro de haber escuchado adecuadamente, posteriormente procesa lo que escuchó y antes de dar un dictamen, acompaña lo que escuchó con algunas preguntas claves al paciente para contar con un panorama más amplio, finalmente, hace una interpretación adecuada y emite un criterio. 

5. Olvido de reglas de cortesía básicas.
Muchas veces me cuestiono por qué se debe recordar esto, pienso que la cortesía se enseña en el hogar. Y si ahí no se enseña, pienso, debió enseñarse en la escuela. Pero resulta que por alguna extraña razón, en alguna parte del camino, se olvida hasta el punto que he oído quién las considera señales de debilidad. Nunca, nunca olvide decir buenos días, buenas tardes, buenas noches, gracias, le felicito, excelente trabajo, lo siento, perdón. No es muy difícil, son palabras y frases muy cortas, pero resultan ser como llaves, conexiones "mágicas" entre las personas, contraseñas que abren puertas de oportunidad de tener relaciones sanas que le permitan desarrollar su visión.

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