lunes, 6 de octubre de 2014

La comunicación hipócrita

La hipocresía está en decadencia, no porque no se la practique sino porque ahora resulta muy fácil detectarla. En una sociedad hiper informada y competitiva, no es mucho lo que hay que esperar para que la falsedad se descubra. 

Y si... ya sé que de inmediato está pensando en la amiga de aquel que se fue con su mejor amigo, o en quién le dijo que nunca le mentiría y con solo la promesa ya incumplió, o en esa, si esa, que todas las mañana le sonríe y le da un caluroso "buenos días" en el trabajo pero a la hora del almuerzo se la "almuerza". 

Pero no solo hay personas con mensajes hipócritas. También empresas, organizaciones y gobiernos hipócritas. 

Sus efectos son nocivos, principalmente en nuestros días en que el mayor tipo de intercambios, para ser efectivos y duraderos, deben de tener como base la confianza. 

Cuando se descubre a un hipócrita de inmediato se rompe ese vínculo. La consecuencia es la duda, incredulidad, desconfianza y probablemente el daño o suspensión en la relación, sea esta personal o comercial. Es como caminar sobre arena movediza. ¿Quién quiere caminar en un terreno que en cualquier momento se hunde? 

Pero ¿qué es hipocresía?  en el latín se utilizaba la palabra
hypocrisis y en el griego hypokrisis, ambas con significados muy similares: actuar o fingir.  Muy comprensible si tomamos en cuenta que hypo significa máscara  crytes respuesta. Es decir, responder escondido tras una máscara que no nos deja ver su verdadera cara. 

Hipocresía tiene también que ver con valores, tan importantes hoy para algunas empresas que  invierten tanto dinero en definirlos, pero que luego los tiran a la basura porque no los practican. 

¿ O no le ha pasado que ha querido esa grandotota hamburguesa que anuncia en la tele y cuándo llega  por ella le entregan una mucho más pequeña que la que despertó su apetito? 



Según el lingüista y analista social Noam Chomsky, la hipocresía definida como la negativa a "aplicar en nosotros los mismos valores que aplicamos en otros", es uno de los males centrales de nuestra sociedad. 

Es que la hipocresía nos satura tanto que entre tanto que brilla, se nos dificulta distinguir entre oro y oropel. Cuando encontramos una luz genuina, si que lo agradecemos, es ciertamente un tesoro verdadero. 

Por eso un valor esencial de la buena comunicación debe ser la integridad. Nuestros mensajes deben estar revestidos de verdad. Digo lo que pienso, hago lo que digo, promuevo lo que creo, ofrezco lo que puedo satisfacer. Sino lo puedo cumplir me abstengo o me disculpo genuinamente y corrijo. Una formula sencilla. 





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